El clarinete es un instrumento de viento hecho de madera, con una amplia gama de notas y un sonido suave, característico. Johann Denner, músico y fabricante de instrumentos alemán, lo diseñó a partir de un instrumento más antiguo, la cornamusa, en el 1700.
En el jazz primitivo de Nueva Orleans, el clarinete marcaba el contraste entre la trompeta y el trombón, los dos instrumentos melódicos más importantes, pero fue en la era del swing, cuando el jazz disfrutaba de un éxito comercial del que nunca volvería a gozar, donde el clarinete encontró su época de mayor explendor.
Alphonse Picou fue el primer clarinetista de Nueva Orleans que marcó un estulo con su famoso solo sobre el tema High Society, conocido por ptrácticamente todos los clarinetistas posteriores. George Lewis, también de Nueva Orleans, fue otro clarinetista importante de esta primera etapa de desarrollo del intrumento, al igual que Jimmie Noone, que adquirió fama por la delicadeza de su sonido, Johnny Dodds, que poseía, por contra, un sonido salvaje, dominado especialmente los registros graves del intrumento, mientras que Bechet fue un maestro de la expresividad, primero con el clarinete y luego con el saxofón soprano.
Esta canción es un clásico puro, probablemente el mejor de la historia jugado en el clarinete en la historia del jazz, de Sidney Bechet.En el jazz primitivo de Nueva Orleans, el clarinete marcaba el contraste entre la trompeta y el trombón, los dos instrumentos melódicos más importantes, pero fue en la era del swing, cuando el jazz disfrutaba de un éxito comercial del que nunca volvería a gozar, donde el clarinete encontró su época de mayor explendor.
Alphonse Picou fue el primer clarinetista de Nueva Orleans que marcó un estulo con su famoso solo sobre el tema High Society, conocido por ptrácticamente todos los clarinetistas posteriores. George Lewis, también de Nueva Orleans, fue otro clarinetista importante de esta primera etapa de desarrollo del intrumento, al igual que Jimmie Noone, que adquirió fama por la delicadeza de su sonido, Johnny Dodds, que poseía, por contra, un sonido salvaje, dominado especialmente los registros graves del intrumento, mientras que Bechet fue un maestro de la expresividad, primero con el clarinete y luego con el saxofón soprano.